La calidad personal es la base para todas las demás cualidades. Cada uno puede ser un patrimonio para su departamento, su empresa, su tienda u organización desde que sus estándares de calidad personal sean elevados.
Cuando se produce calidad también se le agrada a la familia, a los amigos, y principalmente a sí mismo.
Atender es un acto de amor, es un intercambio de energías, de voluntades y necesidades que pueden generar consecuencias positivas y altamente gratificantes para la persona que brinda ese servicio.
Al recibir un elogio, un agradecimiento o simplemente al observar la felicidad en el rostro de su cliente, se puede transformar la actividad de atención en un factor de crecimiento personal, a medida que aprendemos a todo instante.
Para realizar un trabajo de Calidad, es fundamental tener claramente definidos algunos conceptos:
Manejo de objeciones de los clientes
- Saber escuchar.- Todo lo que necesita es atención e interés. Alguien que lo aborde y pregunte “¿en qué le puedo ayudar?”. Alguien que realmente esté interesado en resolver su problema, atender su necesidad en ese momento.
La capacidad de escuchar activamente es fundamental para lograr comunicaciones eficaces. Sobre todo, cuando se trata de reclamos.
Algunas orientaciones que pueden ser seguidas para mejorar el “Saber Escuchar”:
- Parar de hablar: No podrás escuchar mientras estés hablando.
- Póngase en el lugar del otro: Procure entender el problema o la cuestión, intentando sentir lo que el cliente está sintiendo o dónde quiere llegar.
- Pregunte: Cuando no entiendas o cuando necesites mayores informaciones.
- No te apures: No interrumpa a la otra persona, dándole tiempo para decir lo que tiene a decir.
- Concéntrate: Escuche lo que el cliente está diciendo, póngale la máxima atención. Espere que el cliente presente todas las informaciones, todos los hechos antes de buscar la solución.
- De señales: Demuestre que estás escuchado utilizando formas verbales (como “entiendo” o “comprendo”) o no verbales (por ejemplo: asintiendo con la cabeza).
- Contrólate: Tus emociones pueden transformarse en serias barrearas para la comunicación eficaz.
Recuerde que el cliente no está en tu contra cuando se queja. No es una cuestión personal. Él está intentando resolver un problema que la empresa o alguien le ocasionó. Tenga paciencia y humildad para reconocer si el error fue tuyo.
...continuamos mañana
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